miércoles, 9 de mayo de 2012

Los nazis de Norteamérica


Hoy hablaremos de los hombres que hicieron posible la expansión de Hitler y el holocausto desde el corazón mismo de Norteamérica, usando nuestra América Latina como medio. Les invito a sumergirse en la lectura, es desde luego, muy interesante. Como otras veces antes, encontraremos apellidos de relevancia en el mundo actual tales como Rockefeller y Bush.

Nelson Rockefeller

Comenzaremos con Nelson Rockefeller. Un ex-gobernador que, después de 1973  también fue ex-vicepresidente de los Estados Unidos. Desde 1994, año de la publicación de "Guerra secreta contra los judíos", la imagen del Republicano -si es que realmente lo era- ha estado perdiendo el brillo. Es que el autor revela que Rockefeller fue un simpatizante de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Bueno tampoco es tan así, no fue un simple simpatizante sino un traidor: hay transcripciones de conversaciones telefónicas y los agentes nazis asentados en América del Sur. Resulta que en este continente Nelson organizó la venta de toneladas de productos derivados del petróleo a la Alemania Nazi. Pero lo que resulta más importante es la fecha de estas transcripciones: 1943. Así es, en medio de la Segunda Guerra Mundial.

Los Rockefeller acababan de pasar a tener el mayor stack de Standard of New Jersey y estaban entonces en colaboración con la I.G. Farben controlada por los nazis. La familia estaba totalmente de acuerdo con los hermanos John Foster y Allen Welsh Dulles, y con James Forrestal respecto a la preservación de los beneficios estadounidenses sin importar quién ganó la guerra. Su amigo Forrestal había autorizado a la compañía de petróleo de Rockefeller para envío de petróleo a los nazis en 1941. Esto fue antes de que Estados Unidos entraran en la guerra, pero Pearl Harbor no marcó diferencias para Rockefeller. A lo largo de la guerra, mientras Rockefeller estaba a cargo de las relaciones entre América del Norte y del Sur, todo lo que los alemanes buscaban en América del Sur lo obtenían a bajo precio mediante bases de espionaje. En cambio los británicos, es decir los aliados, tuvieron que pagar el petróleo en efectivo. Bajo el manto de su posición oficial, Rockefeller y sus secuaces veían más rentables sus negocios con América Latina. Si el británico se resistía a pagar, Nelson podía bloquear la materia prima y los alimentos del sur, necesitados desesperadamente por Gran Bretaña para luchar contra Hitler"

Y esto no es nada, los que antes llamé "secuaces" no son otros más que la camarilla Dulles-Forrestal. Corría el segundo mes de 1945 y mientras una tercera parte de las naciones sudamericanas ni siquiera habían entrado a la guerra, un amigo de Dulles. El presidente Juan Domingo Perón de Argentina, dirigió un bloque de países pro-fascistas dispuestos a ayudar a los arquitectos del Tercer Reich a escaparse. Al final estos países recibieron órdenes de las Naciones Unidas, de declarar la guerra tanto a Alemania como a Japón. Todo era una farsa, por supuesto: Argentina declaró la guerra a finales de abril, es decir justo dos semanas antes de la rendición alemana. De hecho, la mayoría de los dictadores de América del Sur hicieron una fortuna con los nazis durnte la guerra. Por lo tanto, la estrategia política y corporativa de Rockefeller fue utilizar su bloque de naciones fascistas para comprar la mayoría de votos en la ONU [...] El bloque latinoamericano representó diecinueve votos a favor, nueve en Europa. Es que el aliado de Nelson más beneficiado fue John Foster Dulles, un fideicomisario de la Fundación Rockefeller y compañero en el lavado de dinero.

En 1936, los Rockefeller se habían asociado con el frente nazi de Dulles, el Banco Shroeder de New York, que por cierto fue una institución clave en la economía fascista. En 1939, el Chase National Bank -controlado por Rockefeller- obtuvo 25 millones de dólares para la Alemania Nazi y abasteció a Berlin con información de diez mil simpatizantes de los nazis en EUA. Con excepción de un breve período, la Standard Oil de Rockefeler abasteció a los nazis de petróleo durante toda la guerra a través de España.

La nómina de los Rockefeller reconocidos pro-nazi es simplemente horrenda. En 1942 el senador Tryuman describió el comportamiento de la empresa de Rockefeller como una traición. Este no fue un caso de poca importancia, fue una acusación hecha bajo la constitución de los EUA, y en 1947 el juez federal Charles Clark emitió el siguiente dictamen en un caso civil: "Standard Oil puede ser considerado un enemigo de la nación en vista de su relación con la IG Farben después de que Estados Unidos y Alemania se convirtieran en enemigos activos. La fecha es significativa. Dos meses más tarde, a pesar de que Nelson tenía la esperanza de que el daño se pudiera limitar a uno pocos chivos expiatorios, los judíos llegaron a su oficina con la prueba de que él personalmente había cometido traición contra los Estados Unidos de América.

En el centro, Forrestal  

Era el momento perfecto. Hoy en día, Nelson Rockefeller es recordado como un republicano millonario que se convirtió en vicepresidente de los EU. Pero en 1947 sse encontraba todavía bajo una nube de sospechas por sus actividades en América del Sur. A pesar de que Rockefeller estuvo en la mira de Charles Clark como el hombre a cargo de la inteligencia latinoamericana, se hizo la vista gorda a los estándares de los envíos de petróleo a América del Sur. Lo que sucede, por si no se entiende, es que Nelson tenía las cosas bajo control. Entonces llegaron los judíos con su expediente, tenían registro de los negocios entre Rockefeller y los nazis en bancos suizos, de su firma en el tratado de creación del cártel alemán en América del Sur, de las conversaciones con agentes nazis durante la guerra y, por último, también tenían la evidencia de su complicidad con Allen Dulles en el contrabando de criminales de guerra y dinero del Vaticano a la Argentina. Entonces fue que Reuven Siloé, jefe de inteligencia de Ben Gurion, se sentó frente al expediente y con friandad comenzó las negociaciones: a cambio de los votos del bloque latinoamericano, Rockefeller quería garantías de que los judíos se callarían la boca sobre el flujo de dinero nazi y lo fugitivos a América del Sur, así como de la alianza entre los nazis y Dulles. El precio del margen de votos seguros (para la admisión de la nueva nación de Israel en la ONU) resultaba bastante alto. En efecto, la mayoría de votos para que se apruebe en la ONU fueron comprados con la sangre de 6 millones de judíos víctimas del Holocausto. El éxito de los sionistas en la Asamblea General de la ONU, por supuesto, aún corría riesgos. No había ninguna garantía de que los judíos no serían traicionados. Ellos sabúan que Forrestal, los Dulles y sus otros enemigos no se rendirían.

Rockefeller no es la única figura conocida expuesta por su traición durante la Segunda Guerra Mundial. James V. Forrestal, el entonces Secretario de la Armada y más tarde, del Departamento de Defensa, y el abogado de Prescott Bush, Allen Dulles, entonces jefe de la estación suiza de Oss y más tarde director de la CIA; participaron en actos de traición. Ambos eran socios en la empresa de Rockefeller, bajo la vigilancia de Franklin Delano Roosvelt. También recientemente han surgido pruebas de que Prescott Bush (abuelo y padre de los George que gobernaron EUA) estuvo bajo una causa judicial acusado por la Ley de Comercio con el Enemigo en Noviembre de 1942. Resulta que mientras las tropas estadounidenses se encontraban bajo fuego en el norte de África, la Union Banking Company, firma de Bush, organizaba préstamos para la venta de productos derivados del petróleo a Hitler.

Peor aún, Prescott Bush fue parte de las juntas directivas de varias empresas que ahora se sabe, se dedicaron a la traición desde la Segunda Guerra Mundial hasta 1952. Allen Dulles continuó siendo abogado de Prescott, aún cuando Roosevelt había puesto tanto a él como a Forrestal bajo vigilancia con el fin de determinar si estaban realmente involucrados en actos perjudiciales para la seguridad nacional de los Estados Unidos.

Rockefeller fue capaz de tomar ventaja de la necesidad de Israel de los votos para asegurar la pertenencia a la ONU para mantener su propio papel en la traición en secreto durante casi 50 años. Él fue capaz de presionar a la inteligencia judía para hacer trato por lo cual su propia traición a la patria estuvo oculta a cambio de los votos de los 20 países de América Latina que Rockefeller controlaba. Israel necesitaa veinte votos para asegurar la pertenencia a la ONU. ¿Casualidad?

Hay un número de personas de alti nivel también involucradas en la causa de traición a la patria durante la Segunda Guerra Mundial. Charles Higham señala en sus libros "Esvástica de América" (Nueva York, Doubleday, 1985) y "Comercio con el Enemigo" (Nueva York, Delacorte, 1983 39-42). Entre ellos estaban Robert Lovett, Gates Artemu, William SSellos Farrish y William Draper. Todos ellos fueron socios de Prescott Bush.

Además está la asociación de George Bush con conocidos y simpatizantes de los nazis de la Segunda Guerra Mundial. Esta asociación ha sido objeto de escrutinio cada vez mayor, sobre todo en sus años de ascención a la Presidencia de la República. Al salir de la Casa Blanca en 1993, las denuncias más importantes indicaron que George había estado asuciado durante mucho yiempo y en un nivel de demasiada cercanía con varios conocidos simpatizantes de los nazis de la Segunda Guerra Mundial, incluyendo a Lazslo Pasztor, un hombre que atuó como menajero de información crucial para los nazis durante la guerra. Bush también ha sido íntimo amigo de Yaroslav Stesko, conocido criminal que encabezó un régimen títere nazi en Ucrania durante la guerra. Para que se entienda durante su gestión miles de judíos fueron masacrados.

Prescott y su hijo, George Bush

Es importante entender los efectos estratégicos de la habilidad de Laszlo Pasztor en la guerra. Mediante la entrega de mensajes con el Tercer Reich, Pazstor le dio más tiempo del debido a Alemania. En algunas de las conferencias que pronunció en Hungría (donde fue miembro de la versión húngara del partido nazi, el Cruz de Flecha) facilitaron los movimientos de tropas alemanas en los Balcanes y en el Mediterráneo, provocando el aumento de bajas estadounidenses.

También se sabe ahora que las negociaciones de Allen Dulles con el Eje durante la Segunda Guerra Mundial fue mucho más complicada de lo que aparentaba ser. Había una gran fuerza motivadora detrás de Dulles, el propio Nelson Rockefeller, ejerciendo presión para evitar el procesamiento después de la guerra. Pero como dije antes, no tuvo mucho éxito, en 1947 un juez federal dictaminó que su compañía, la Standard Oil, era culpable de traición a la patria. Varios ejecutivos recibieron multas y sentencias de cárcel.

Había una razón. El petróleo de Rockefeller alimentó los submarinos nazis en las Islas Canarias. El 22 de Marzo de 1943, Nelson autorizó un agente enemigo a recibir 3668 dólares por los servicios legales que ofreció. El 22 de Abril, es decir, un mes más tarde, uno de los oficiales de Rockefeller envió un cable a Zurich confirmando 16,7 toneladas de combustible listos para ser enviados al Eje. Más tarde, el 19 de Junio, otro de los oficiales fue autorizado a vender 13 toneladas por mes desde Venezuela.

Rockefeller se mostró desafiante con los intentos de Roosvelt para cerrar la venta de petróleo al Eje. Uno de los clientes de los hermanos Dulles amenazaba con interrumpir el suministro de EUA durante la guerra. Además del juez de la Corte Suprema, Arthur Goldberg, otros tres miembros de Inteligencia e EUA insistían en la culpabilidad de Allen Dulles por esta amenaza de cortar el suministro desde Arabia Saudita. La Standard Oil dejó en claro que la balanza solo se inclinaría para los EUA si no interferían en los negocios.

De acuerdo con Charles Higham, en 1939, mientras Hitler y Japón construían armamentos, los norteamericanos estaban cortos de caucho. Las Fuerzas Armadas tenían la difícil tarea de completar las ruedas de los aviones, tanques y vehículos blindados sin material. Rockefeller hizo un trato con Hitler por el cual este último pudo obtener cierto caucho artificial de la Standard Oil, mientras que los estadounidenses no recibían nada. Además en 1942, Harry Truman, miembro del comité del senado, obtuvo pruebas de que en 1941 la Standard Oil envió cables a Japón argumentando que el comercio con ese país prosperaría así EUA estuviese en guerra o no.

El 28 de Enero de 1944, Gran Bretaña prohibió la venta de productos derivados del petróleo a España, pues el que había sido vendido terminó en la Alemania fascista. Roosevelt pronto se unió a la prohibición británica sin embargo el 2 de Mayo, Rockefeller logró que el presidente volviese a abrir el comercio con España. Como resultado, 48.000 toneladas mensuales de los EUA comenzó a fluir de nuevo a los nazis.

Y aquí déjenme armar una hipótesis, Prescott debía saber algo. Su firma estaba en varios negocios con Standard Oil y su abogado, Allen Dulles, estaba en su Consejo de Administración. La línea de barcos a vapor de Prescott tenían amplios contactos con los nazis también. Había ofrecido un viaje gratis a los nazis a EUA para conocer un grupo eugenista del que él mismo era parte durante la Segunda Guerra Mundial. Su abogado continuó sus negocios con los alemanes solo hasta que el gobierno lo acusó. En septiembre de 1941, Rockefeller tenía sus buques abasteciendo de combustible a los submarinos nazis que hundían barcos norteamericanos en el Atlántico Norte. También aceptó 11 millones de dólares en bonos directamente de mano de Hermann Goering en 1940, y dándole un descuento especial, los nazis podían seguir explotando el petróleo de la Standard Oil en Rumania así EUA entrara en guerra.

Fuera de esto, fue el 2 de Mayo de 1944 que el hijo de Prescott, un joven George Bush, volaba en su primera misión de combate en el Pacífico contra los japoneses. Teniendo en cuenta que en 1941 su padre había tendido cables a aquel país en asociación con Nelson Rockefeller, habría que ponerse a pensar qué es lo que estaba haciendo allí.

Hasta aquí llegó el informe, espero que hayan disfrutado de la lectura. Hasta la próxima entrada

Fuentes:

Bellant, Russ. Old Nazis, the New Right and the Republican Party (original title: Old Nazis, the New Right and the Reagan Administration). Boston: South End, 1991
Bowen, Brig. Gen. Russell S. The Immaculate Deception: The Bush Crime Family Exposed. Carson City, NV: America West, 1991.
Higham, Charles. Trading with the Enemy: An Exposé of the Nazi-American Money Plot, 1933-1947. New York: Delacorte, 1983
Josephson, Emanuel Mann. The Truth About Rockefeller, Public Enemy Number One: Studies in Criminal Psychopathy. New York: Chedney, 1964. 162-3; Notes 130-2.
Kramer, Michael S. and Sam Roberts. "I Never Wanted to be Vice-President of Anything!" An Investigative Biography of Nelson Rockefeller. New York: Basic. 1976.
Litchfield, Michael and the "National Insecurity Council." It's A Conspiracy! Volume One. Berkeley, Cal: Earthworks, 1993.
Loftus, John and Mark Aarons. The Secret War Against the Jews: How Western Espionage Betrayed the Jewish People. New York: St. Martin's, 1994. Simpson, Christopher. Blowback: America's Recruitment of Nazis and Its Effects on the Cold War. New York: Delacorte, 1988.
Tarpley, Webster Griffin, and Anton Chaitkin. The Unauthorized Biography of George Bush. New York: Executive Intelligence Review/Ben Franklin, 1991.